jueves, 25 de marzo de 2010

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Filósofos jugando al fútbal




fragmento de la película : Monty Pithon

Etica y Moral, por Maria Elena

Generalmente no hacemos ninguna distinción entre lo que es moral y lo que es ética, lo usamos como si fueran sinónimos. Moral es lo que “yo” considero que es bueno o que es malo, de acuerdo a los valores morales con los que me forje. Mientras que la ética tiene que ver con lo bueno y lo malo, con lo que yo decido acerca de los dos, y que mas o menos depende de la cultura a la que pertenecemos,Hablamos de moral cuando nos referimos a todos los comportamientos, los valores, los principios, las acciones entre los hombres, esto significa que los problemas morales comprenden la acción intersubjetiva, o sea acción que involucra directa o indirectamente a más de un sujeto y todo aquello una sociedad a establecido para que la posible convivencia, sin que se hayan escrito.En cambio cuando hablamos de ética, es una parte filosófica que analiza y sistematiza los actos que quedan comprendidos en la moral. Es decir, la moral se aplica al ámbito de las acciones concretas de los hombres, a lo que hacemos teniendo consideración del otro o no, cumpliendo una norma o siguiendo cierto valor que se respeta en nuestra sociedad; la ética por otro lado, es la encargada de hacer teorías sobre esas acciones..
No aprendemos las normas morales de libros o de códigos escritos. Sin embargo, todos conocemos y usamos frases frecuentemente como “No hagas al otro, lo que no quieres que te hagan a ti”, que expresan principios o normas morales básicas que toda sociedad quiere que sus miembros cumplan.
Dejo aquí la siguiente dirección de una página sumamente interesante que profundiza sobre el tema narrado anteriormente : abcpedia.com/diccionario/definicion-etica.html

El Mal by Maria Sol Lemos

Otra pregunta muy frecuente, al igual que la del bien, es, ¿Qué es el mal?.
En mi opinion, como ya he dicho, el bien o hacer es tomar el camino correcto, por lo tanto,
el mal o hacer el mal, es cuando uno toma el camino incorrecto y lo hace de manera conciente.
es decir que sabe lo que esta haciendo, sabe que otra gente puede salir perjudicada perono le interesa, solo le interesa su propio beneficio y el de nadie mas.

El Bien by Maria Sol Lemos

¿Qué es el bien?. una tipica pregunta que podemos escuchar en cualquier lado,
pero si uno se pone a pensar la respuesta a esa pregunta no es tan facil de responder.
en mi opnion, el bien o hacer el bien, es cuando una persona siempre inenta hacer las cosas de
la manera correcta y que no esta siempore pensando en su propio beneficio.
siempre buscar tomar el camino correcto en su vida, pasando y supernado todos los obstaculos que esta la presente y jamas intentar llegar a sus objetivos haciendo el mal, es decir perjudicando a alguien.
una persona que intenta hacer las cosas de la mejor manera y sin perjudicar o alterar su alrededor, es una persona que hace el bien.

"etica" por Maria Sol Lemos

mucha gente se pregunta hoy en dia, ¿Qué es la ética?.
Yo me atreveria a decir que la ética dentro de la filosofia, podria considerarse como una rama que estudia tanto la felicidad y la virtus, como la moral y el deber.
Es decir que la etica es fundamental como rama de la filosofia porque ambas reflexionan. y al decir que la etica estudia el buen vivir o el qué hacer para poder vivir bien, estamos diciendo (o al menos yo doi por sabido), que para encontrar esas respuestas a la buena vida, tambien hay que reflexionar. reflexionar sobre qué hacer, qué no hacer, qué decir o qué no decir.
en conclusion pienso que reflexionar sobre la etica es reflexionar sobre nuestras propias vidas.

El "Bien" por Ornella Torielli

Tenemos que preguntarnos ¿qué es el bien hoy en día? Resulta muy difícil de responder esta pregunta ya que no existen más el respeto al otro. ¿Qué cosas podríamos decir que están bien? Por ejemplo no matar, no robar, no insultar, tener respeto por el otro. Pero ya nadie conoce esto o mejor dicho sí lo conocen pero no lo quieren aplicar a sus vidas. Si le preguntamos a una persona que mató a alguien por qué lo hizo nos diría “porque me traicionó o porque me molestaba o porque le hizo algo malo a mi familia”. Si le preguntáramos a una persona que robó nos diría “porque no tengo trabajo o porque yo tengo más necesidades que él”, etc. Pero en realidad nada de estos actos que van en contra del bien tienen justificación alguna. Todos debemos aprender a convivir en sociedad, aunque creo que será muy difícil hoy en día.

miércoles, 24 de marzo de 2010

La "Ética" por Micaela Apes

Uno se pregunta ¿Qué es la ética?, ¿un conjunto de reglas? ¿Quién las invento? ¿Dónde corroboro dichas reglas? y, llega a la conclusión de que, no tiene la menor idea de qué es pero, como siempre, se utilizan palabras sin su conocimiento.
Según la real academia española la ética es un "Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana". Pero nuevamente uno se cuestiona, ¿Qué es la moral? y consultando por segunda vez en el diccionario, me encuentro con "Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia".
En conclusión, la ética es lo que está bien según la sociedad ¿Qué está bien? lo que subjetivamente uno considere lo más justo,quizás.
No te preocupes por hacer lo correcto, habrá un montón de tiempo para ello cuando estés despedido, retirado o reencarnado.

El "Bien" según Micaela Apes

El bien, el mal. Parecen regla preescritas desde el evangelio. Desde pequeños nos han enseñado qué está bien y qué esta mal. Por lo que nuestra cultura nos ha indicado “como pensar” y “actuar”. Todos sabemos que matar está mal, pero cuando se habla de matar a un ladrón la gente no piensa dos veces antes de alentar tal muerte. Todos saben que está mal prejuzgar, discriminar, desacreditar a una persona pero, ¿alguien le presta atención a tales reglas?.
Todos sabemos que el color negro se le atribuye a los malos, al lado oscuro malvado. Esto viene de tiempo atrás, por la gente de tez negra por lo que, sabemos que el negro es malo, crucémosnos de vereda si encontramos a una persona de piel oscura. En lo personal considero que uno debe basarse en su lógica mas que en lo enseñado, en el ver si tal actitud le molestaría, lo haría sentir mal. Antes de juzgar a los demás, tenemos que juzgarnos a nosotros mismos.

Los presocráticos

Los presocráticos basaron sus teorías en la especulación sobre el principio material de la naturaleza. Entre ellos se encuentran Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Heráclito, Parménides, Empédocles, Anaxágoras, Leucipo y Demócrito.

El nombre de presocráticos hace referencia a todos aquellos pensadores que ejercieron su labor filosófica antes de Sócrates (desde el año 624 a. C. hasta el siglo V a. C.). No obstante, esta cronología es bastante artificial, ya que muchos de estos hombres fueron contemporáneos e incluso sobrevivieron a Sócrates. Sin embargo, lo interesante de estos pensadores griegos, que no se denominaban a sí mismos filósofos (a excepción de Pitágoras) y que eran considerados magos, sabios, médicos, físicos, etc., estriba en que con ellos se inaugura la filosofía como paradigma racional autónomo y original, es decir, ocupan ese punto de bifurcación en el que se abrió paso un nuevo camino, el logos, la razón, que terminó desalojando la religión, el rito, el mito. Es frecuente leer en muchos manuales de filosofía que los presocráticos suponen el paso del mito al logos. Tal interpretación, sin embargo, no está exenta de prejuicios y malentendidos, provenientes de una cierta manera de observar este fenómeno, manera heredada de la tradición positivista, que entendió la historia humana como un proceso lineal y ascendente de progreso en cuyo despliegue, el advenimiento y desarrollo de la razón positiva, científica y neutral implicaba un menoscabo, paulatino retroceso del pensamiento mítico y religioso.
Ni que decir tiene que, bajo esta hipótesis, el positivista se coloca en la posición privilegiada del que ostenta la victoria y desde esta superior jerarquía lanza su mirada estimativa con la que enjuicia y valora el «imperfecto» pasado. Friedrich Nietzshe y Giorgio Colli denunciaron esta postura, considerándola como premeditadamente falsa. La interpretación del nacimiento de la filosofía (y de los filósofos presocráticos) como el «paso del mito al logos», el tránsito de una sin-razón a una Razón plena. Para Nietzsche es precisamente la razón teórica que inauguran los presocráticos la que supone un giro decisivamente perverso y falsificador de la cultura. La historia de la filosofía es la historia de una decadencia, de un resentimiento.
Ahora bien, la escisión entre lo profano (razón, filosofía, ciencia) y lo sagrado creencia, mito, religión) no es tan evidente. El arte adivinatorio ha utilizado siempre Logoi, razones o mensajes divinos que debían ser astutamente interpretados. La pitonisa era una hermeneuta y su mántica (éxtasis, delirio, locura sagrada) degeneró en una razón dialéctica o discursiva que hundía sus raíces en el asombro, en el enigma. Y el primer enigma que sorprende al hombre es la physis, la naturaleza, torrente de todo brotar y surgir que ha de ser interpretado y conocido para ser dominado. El conocimiento, como la mántica, implica una «anticipación», una previsión de futuro que sólo se puede dar si se conocen las reglas, los principios que rigen (mandan) el aparente caos del acontecer. La pregunta por el principio de todas las cosas, por el arjé de la physis, caracteriza a los filósofos presocráticos. que respondieron a ella de muy diversas maneras.
Una primera respuesta la encontramos en Tales de Mileto (h. 624 a. C.-h. 546 a. C.), para el cual el principio o arjé era el agua, afirmación que se fundamentaba en la observación de que todo cuerpo, alimento ó germen poseía la cualidad de lo húmedo, siendo el agua su principio rector. Lo importante de dicha afirmación no estriba en la elección del principio, sino en la afirmación de la necesidad de la existencia de éste para explicar ¡a multiplicidad empírica y en que la arjé se formula fuera de todo contenido religioso. Si Tales es el primer filósofo, la filosofía surge como una explicación genealógica de lo real, de la physis, como generalización de la ley universal de todo acontecer.
El segundo presocrático del que tenemos noticia fue Anaximandro (610 a. C.545 a. C.), autor del más antiguo texto filosófico conocido, que dice así: «De donde las cosas tienen origen, hacia allí tiene lugar también su perecer, según la necesidad; pues dan justicia y pago unas a otras de la injusticia según el orden del tiempo». La naturaleza se concibe como retribución, como justicia (diké) cuya ley es la necesidad. Toda la multiplicidad (determinada) de seres surge de un principio que ya no es un «elemento físico», sino un preelemento indefinido e indeterminado: el apeiron (de péras, límite, determinación). El apeiron es la génesis y principio de los seres, por lo que ello mismo evade y rehuye toda determinación. La arjé de toda determinación no puede ser ella misma determinación alguna, y de ella brota el conflicto de la generación de los seres, como una segregación de parejas de contrarios que han de ser «devueltos» (según justicia) a lo indeterminado siguiendo la ley de la necesidad. Lo interesante del pensamiento de Anaximandro es la negación de toda evidencia empírica. El apeiron es un principio abstracto, hipotético, que contradice toda experiencia sensible. eralización de la ley universal de todo acontecer. Para Anaxímenes de Mileto (h. 582 a. C.-524 a. C.), la arjé o principio creador de todas las cosas es el aire, que por condensación y enrarecimiento, en ciclos infinitamente repetidos, origina todos los seres y sus diferencias cualitativas. Aire es también el alma (psiché), soplo o aliento divino similar al aire que nos rodea.
Heráclito de Éfeso (h. 544 a. C.-480 a. C.) fue el último de los presocráticos que vivió en Jonia. Familiarizado con los cultos mistéricos (Deméter), su escritura es premeditadamente enigmática, de igual manera que el logos mántico lo es, motivo por el cual se le dio el sobrenombre de «el Oscuro». Afirmó que el origen de todas las cosas es la guerra, la lucha y oposición de contrarios de la que surge la armonía, según una inexorable ley que remite a una unidad oculta: el logos, el fuego eterno que «se enciende según medida y se apaga según medida». Todas las cosas están sujetas a un devenir perpetuo donde todo fluye y nada permanece, y donde el nacer o perecer de un ser implica necesariamente el nacer o perecer de su contrario. La naturaleza es conflicto, lucha de presencias y ocültamientos: «Nos bañamos y no nos bañamos en el mismo río; somos y no somos».
A la figura de Heráclito se le suele contraponerla de Parménides de Elea (finales del siglo VI a. C.), el cual niega todo devenir como pura apariencia de ser. El mundo fenoménico, del cambio, es un engaño de los sentidos, mera apariencia. Todo pensar se encuentra siempre en la encrucijada de dos caminos: el primero es el camino del uno, «que es y que no es no-ser». El segundo es el del «que no es y que no-ser es necesario». Es decir, la diosa le muestra los dos caminos, pero éstos no manifiestan lo que hay, sino que establecen la legitimidad que nos permitirá decir y pensar el ser de lo que es: el ser es eterno, infinito, continuo, único e inmóvil. El conocimiento del ser se opone a la doxa, opinión, las cosas sensibles que son pura apariencia de ser, el camino equivocado.
Pitágoras de Samos (h. 580 a. C.-500 a. C.), huyendo de la tiranía de Polícrates, se instaló en Crotona, donde fundó una comunidad de discípulos unidos por un estilo de vida y una normatividad comunes, una especie de asociación religiosa que perseguía la purificación (katarsis) del alma de las pasiones del cuerpo y su «salvación» a través de ciertas prácticas ascéticas que no debían ser reveladas a nadie ajeno a la comunidad. Pitágoras consideró que el alma era inmortal, «del linaje de los dioses», cuya unión con el cuerpo significaba un hundimiento, una «prueba» que ésta debía sufrir antes de su definitiva liberación (o hundimiento) de los ciclos de las reencarnaciones.
Muy importante fue su doctrina del número, según la cual, éste es concebido como la arjé o principio de todo lo presente y de todo lo pensable. Pero el numero ha de entenderse cualitativamente y como determinación ontológica, no cuantitativamente. Dentro de esta doctrina, los pitagóricos le concedieron especial importancia al tetraktys, es decir, a la serie numérica 1 +2 + 3 +4, cuya suma es igual a 10 (década), igual que son diez los principios de los opuestos e incluso los cuerpos celestes: nueve• visibles y una ariti-Tierra añadida (Antikton). El movimiento de los planetas y las estrellas produce una música celestial (armonía de las esferas) inaudible a los hombres pues es el silencio que acoge y en el que tiene lugar todo sonido.
Entre los últimos presocráticos debemos mencionar a Jenófanes de Colofón (h. 570 a. C.-470 a. C.), que defendió la tesis de un sólo Dios. «el mayor entre los dioses y los hombres, en nada semejante a los mortales, ni en la figura ni en el pensamiento». De su poema De la naturaleza de las cosas sólo se conservan algunos versos.
También habría que mencionar a Empédocles de Agrigento (h. 490 a. C.-h. 430 a. C.), mago, profeta y adivino que estableció la teoría de los cuatro elementos (fuego, aire, tierra y agua) como principios genéticos y rectores del cosmos, elementos que se combinan como resultado de un equilibrio entre el amor (atracción) y el odio (repulsión).
De suma importancia son también Demócrito de Abdera (h. 460 a. C.-370 a. C.) y Leúcipo (h. 460 a. C.-h. 370 a. C.), que desarrollaron la teoría del atomismo, según el cual el mundo está compuesto (arjé) exclusivamente de átomos en movimiento en un espacio vacío, explicación que ha venido a denominarse mecanicismo y que será desarrollada en siglos posteriores por pensadores como Descartes o Hobbes. Estos átomos son eternos, distinguiéndose únicamente por su distinta figura, posición y orden. De los movimientos azarosos de los átomos en el espacio vacío, surgen «vórtices» O torbellinos que originan infinitos mundos, uno de los cuales habitamos nosotros.

martes, 23 de marzo de 2010

Se suele llamar filosofía presocrática al período de la historia de la filosofia griega que se extiende desde el comienzo mismo de ésta, con Tales De Mileto, hasta las últimas manifestaciones del pensamiento griego no influidas por el pensamiento de socrates, aun cuando sean cronológicamente posteriores a él. Por lo tanto, se incluye dentro de los llamados "presocráticos" a todos los filósofos del siglo VI a. C. e incluso algunos del V a. C.
La obra de estos pensadores antiguos no nos ha llegado sino fragmentariamente, en citas de autores posteriores, por lo que el estudio de sus doctrinas debe tener presente constantemente la forma de transmisión textual y la valoración de las fuentes.