miércoles, 5 de mayo de 2010

virgen morena - maria elena cruz

a peligrosa virgen morena

Marta Durán de Huerta
La Jornada

El culto a la guadalupana adquiría un cariz político y social adverso a la administración colonial por tener tanto arraigo entre los indios. Los conquistadores fomentaron el culto a la Virgen de Remedios, de pura cepa española, contraponiéndola a la Virgen morena, pues vieron en ésta un factor de cohesión social entre los pobres muy difícil de controlar. Esto se corroboraría durante la guerra de Independencia

Lorenzo Boturini era un hombre religioso en extremo. Era católico y creyente en la Virgen de Guadalupe. Vino a la Nueva España buscando documentos que confirmaran la verdad del milagro de la Virgen morena en el Tepeyac.

Nunca pudo cumplir su piadoso deseo, sin embargo, en la búsqueda halló muchos documentos prehispánicos que trataban de la vida y cultura precolombinas. Boturini apuntó: "Es tan difícil el tratar con los Yndios que son en extremo desconfiados de todo Español y esconden sus antiguas pinturas hasta con enterrarlas".

El italiano bautizó al acervo encontrado como Museo Histórico Indiano, que se convirtió en la colección más grande y substancial que jamás existió después de que los conquistadores destruyeron los archivos autóctonos. El museo de Boturini, compuesto por más de 500 códices, pinturas y manuscritos antiguos, fue decomisado y luego destruido por la administración virreinal, la cual estaba llena de recelos hacia el coleccionista. Lo acusaron de ser extranjero en México, de no contar con los documentos necesarios y el permiso del rey de España, cosa que no era cierta, ya que sí tenía el permiso.
Aún así, le confiscaron todos sus bienes y lo encarcelaron en 1742.

Debió haber despertado también el recelo de altos dignatarios eclesiásticos, que temieron perder prestigio, al no haber sido los primeros en pensar en una coronación de la Virgen. Quizá Boturini no se dio cuenta de que el culto a la guadalupana adquiría un cariz político y social adverso a la administración colonial, por tener tanto arraigo entre los indios. Los conquistadores fomentaron el culto a la Virgen de Remedios, de pura cepa española, contraponiéndola a la Virgen morena, pues vieron en ésta un factor de cohesión social entre los pobres muy difícil de controlar. Esto se corroboraría durante la guerra de Independencia.

Alexander von Humboldt visitó México de 1803 a 1804. Supo de la desgracia de Boturini e intentó rescatar lo que quedaba de su museo.
Finalmente, el barón prusiano encontró algunos de los códices de Boturini en el sótano del Castillo de Chapultepec.

El doctor Frank Holl, especialista en la vida y obra de Humboldt, narra: "En las bodegas tenían colecciones muy maltratadas de los códices. Humboldt dijo que los encontró mojados, en muy mal estado, a tal grado de que los niños cortaron los 'dibujitos' y los pegaron en sus cuadernos. Humboldt compró algunos códices de esa colección y los llevó a Alemania. En Berlín hay dos o tres códices Humboldt. Llegué a tener uno en mis manos que tiene cinco centímetros de ancho y seis metros de largo; se trata de un inventario de tributos, hecho de papel de agave, como una esponja, de cuatro milímetros de ancho."

El científico prusiano pudo comprar algunos de los documentos de Boturini que se habían subastado (eran parte de la herencia de Antonio de León y Gama); los sacó de México y los entregó a la Biblioteca Real de Berlín).

Humboldt publicó parte de este material en su obra Vues pittoresques des Cordillères et monumens des peuples indigènes de l'Amérique (1810).

Uno de los códices más famosos del museo de Boturini es la llamada Tira de Peregrinación, también denominado Códice Boturini, que regresó a México y hoy se encuentra en el Museo Nacional de Antropología. En él se ilustra la migración de los aztecas desde Aztlán y la fundación de diversas ciudades hasta llegar a su establecimiento definitivo en Tenochtitlán.

Humboldt, uno de los primeros investigadores serios de los códices prehispánicos, escribió muy alarmado: "En el nuevo continente, simples particulares coleccionan y conservan objetos que deberían llamar la atención de los gobiernos".

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